Por Jairo Gomez Consuegra, gerente Regional de Marketing de Hyland para América Latina
Actualmente la mayoría de las organizaciones a nivel global han tenido que replantear sus estrategias y Latinoamérica no es la acepción. Algunas de ellas ya tenían un camino recorrido en la “Transformación Digital”, esta frase que muchos hemos oído pero que en la práctica no se veía aplicada 100 % en nuestra cotidianidad.
Este proceso empezó hace algunos años, viendo la necesidad de atender un mercado que cada día se volvía más exigente tecnológicamente. Generaciones de niños, jóvenes y adultos que ya habían nacido en un ambiente totalmente digital, hacían de este un tema a revisar en la agenda de algunas organizaciones que veían la digitalización como un paso a seguir. Pero las condiciones actuales, los cambios inesperados y la nueva normalidad que se han venido desarrollando en el último año, pusieron en alerta a las organizaciones y empresas sobre sus deficiencias a la hora de estar preparados digitalmente. Es aquí donde muchas organizaciones están viendo una oportunidad para replantear sus procesos y acelerar decisiones que en la actualidad se han vuelto fundamentales para la continuidad de sus negocios.
Por ejemplo, en el caso de procesos de atención a clientes y ciudadanos, un requisito fundamental es que se realicen totalmente de forma virtual, la gestión de contratos y negociación con proveedores, la gestión de recurso humano, o incluso, el acceso a préstamos bancarios y la atención remota de pacientes, son ejemplos y escenarios en los que la digitalización de las operaciones se volvió una realidad permanente.
Es importante anotar que existen cambios fundamentales que tienen que llevarse a cabo en las organizaciones, en los sectores industriales y por supuesto en nuestros gobiernos para que esta transformación se vuelva consistente y permanente. Algunos de nuestros países en Latinoamérica cuentan con regulaciones avanzadas en temas de firmas digitales, certificados e interoperabilidad; sin embargo, no es el común denominador. Un marco legal que permita gestionar integralmente una economía digital es el factor fundamental para que las empresas puedan respaldar sus modelos de transformación.
Del mismo modo las organizaciones deben contar con el apoyo de la alta gerencia para dar continuidad a estos procesos que en principio han sido reactivos a la situación, y de esta forma garantizar su escalabilidad, así como un alineamiento con los planes estratégicos que permitan tener un enfoque integral no solo para implementar tecnología sino también para replantear muchos procesos que fueron diseñados para otro tipo de necesidades.
En conclusión, las industrias que no tomen las decisiones correctas y oportunas o no logren adaptarse a estas dinámicas de digitalización, virtualidad, teletrabajo, autogestión, y al final automatización, poco a poco van a dejar de ser competitivas y van a ser reemplazadas en sus mercados por aquellas que mejor se adapten al igual que por algunas que cuyos modelos de negocios desde su concepción fueron diseñadas e implementadas de manera 100 % digital.
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