Este es el comportamiento de la consumidora peruana actual

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La mujer, dedicada al trabajo y el hogar, tiene otras necesidades de consumo. ¿Las empresas entienden su nuevo comportamiento?

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Según el estudio Clasificación por Estilos de Vida de Arellano Márketing, las mujeres consumen más productos de cuidado personal, que sean saludables (tendencia ‘wellness’) y otros que faciliten las tareas del hogar.

El especialista indica, en esa línea, que la mujer busca alcanzar la máxima eficiencia en la casa, para dar tiempo a sus otras actividades. Por ejemplo, buscará alimentos precocidos, listos para consumir, productos de lavado o limpieza más efectivos, además de apoyarse en la tecnología para suplir sus necesidades (sea tecnología de punta o como canal de compra).

Mientras que, por el lado personal, la mujer moderna también adquiere  productos para sí misma. Sea de cuidado personal, salud, estética, deporte o entretenimiento.

Giuliana Reyna, gerenta general de Global Research Márketing (GRM), explica que en ello las mujeres son perfeccionistas, exigen calidad en los productos que consumen y también en los servicios, ya que valoran la experiencia. “Son muy exigentes al evaluar cada gasto que realizan, pudiendo ser más racionales al momento del consumo”, precisa.

De acuerdo a Arellano Márketing, la mujer moderna está en constante crecimiento y, según su clasificación de estilos de vida, ya representa el 27% del total de la población femenina en el Perú .

En nuestra sociedad aún tradicional, la mujer sigue siendo quien decide las compras, en más de un 80%, de los productos para el hogar. Los hombres empiezan a cobrar espacio, pero aún no de manera importante.

Y, precisamente, hacer las compras, es otra de las tareas de casa que las peruanas buscan simplificar. De acuerdo al estudio de Arellano, la mujer contemporánea realiza sus compras semanales en el supermercado; acude entre dos y tres veces al mes.

Pero, además, la peruana no se desprende en lo absoluto del canal tradicional y realiza compras pequeñas en bodegas y mercados, donde puede ir con una frecuencia de entre 15 y 19 veces durante el mes.

Este es un dato de suma importancia –según explica Bernal– pues muchas veces las grandes empresas lanzan productos dirigidos a ellas, pero enfocados solo en el canal moderno y en formatos grandes.

Además, la consumidora valora mucho la relación calidad-precio. Está dispuesta a pagar un poco más por un producto ‘light’ o un producto listo para servir, pero no un ticket demasiado elevado, algo que se observa en el mercado.

¿Las empresas comprenden a esta nueva consumidora? Existen algunas iniciativas como las de Alicorp que ha lanzado productos listos para consumir bajo la marca Don Vittorio o su recientemente lanzada plataforma Diariamente Ali (consejos y tips online).

San Fernando, por su parte, apostó por las conservas de pollo; P&G, por las líneas de suavizantes Downy, detergentes líquidos en diferentes formatos, entre otras soluciones. Pero, ¿es suficiente?, ¿qué hace falta?

Reyna, gerenta general de GRM, afirma que las grandes compañías sí se preocupan por conocer el comportamiento de la consumidora moderna, acercando más su propuesta de productos y servicios a sus necesidades. Sin embargo, aún hace falta hacer más fácil la experiencia de compra. Es decir, mejorar el acceso y buscar canales alternativos como el comercio electrónico, en el caso de ciertas categorías.

En tanto, Enrique Bernal refiere que, si bien existe la intención de hacerlo, aún hacen falta más iniciativas. La mujer moderna peruana está en todos los segmentos y, más aun, en la clase media.

De ese modo, se abren oportunidades para las empresas. Los productos dirigidos a esta consumidora pueden explorar formatos más chicos en el canal tradicional, para aquella mujer moderna que tiene ingresos diarios. A su vez, fortalecer sus líneas de productos saludables con diferentes categorías o desarrollar opciones para las compras por impulso. Por ejemplo, los córneres de maquillaje en los pasillos de los centros comerciales. Así, se pueden aprovechar otras categorías como moda o vehículos, anota Bernal. La consumidora sigue cambiando, se ve en la necesidad de seguir cambiando en sus diferentes facetas y las empresas tienen el reto de entender sus nuevos requerimientos para seguirles el paso.

Fuente: El Comercio

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