A poco de dar inicio a la Copa del Mundo de la FIFA Rusia 2018, se dio a conocer que la ceremonia de apertura del torneo de fútbol será más corta en su duración, además de que no será similar a lo presentado en las ediciones pasadas de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Según diversos reportes de prensa, el director general del comité organizador, Alexéi Sorokin, indicó en declaraciones para los medios que se tratará de un nuevo formato el cual se realizará justo antes del partido inicial entre Rusia y Arabia Saudita en el estadio Luzhnikí de Moscú.
A pesar de que la competencia como tal, resulta rentable, la ceremonia de apertura no causa el impacto esperado por los organizadores en las audiencias.
Según Reuters los partidos del Mundial de 2010 fueron vistos por alrededor 909 millones de televidentes; en tanto, cuatro años más tarde la audiencia superó los mil millones de espectadores. Entonces por qué decir que la publicidad es el culpable de que las ceremonias de apertura no logren el mismo impacto.
La falta de patrocinio en estos espacios genera desinterés, ya que la producción de este tipo de eventos elevaría la atención del espectador, además de que podrían involucrarse otras firmas, las cuales tendrían la atención mundial durante unos minutos. Asimismo, y a modo de justificación, la falta de partidos emocionantes en el primer duelo del certamen tampoco ayuda a que esto sea atractivo.