Fidelizar a un cliente es uno de los más grandes retos de todas las empresas. Aunque, también debe ser uno de sus principales objetivos. Contrario a los que muchos piensan es una labor que requiere esfuerzo y compromiso por parte de la compañía.
Realizar promociones o eventos son acciones que siempre ayudan a fidelizar al cliente. Pero no basta sólo con hacerlo, sino que hay que ser siempre lo más innovadores que se pueda. Ya sea por medio de una locación especial, algún concurso novedoso o una activación, hay que captar la atención del público.
Otro detalle importante de las promociones es que tienen que planearse de acuerdo a los patrones de consumo. Es importante conocer bien al cliente para saber qué le gusta, qué no y cuándo lo quiere. Esta información será vital para planear la realización de una acción promocional.
Hay que tener cuidado con los descuentos, pues mal utilizados se pierde más de lo que se gana. Antes de anunciar o determinar cualquier baja los precios, es necesario hacer un análisis del consumidor e incluso llegar a acuerdos con los proveedores y distribuidores. Una vez hecho, habrá que elegir qué tipo de descuento es el que conviene. Para fidelizar regularmente se preferirá uno de tipo acumulativo. Esto se puede hacer por medio de una tarjeta para contabilizar las compras de cada consumidor. Una vez que se llega a una determinada cantidad, se puede ofrecer un producto gratuito.
El trato al cliente siempre es importante al momento de fidelizarlo. Hay dos elementos importantes a considerar: el primero es la atención personalizada y el segundo es el buen trato. Ambas cuestiones sirven para establecer un vínculo con al cliente y además se crea una relación con él, según comenta el sitio electrónico de Bien Pensado.
