Es habitual que la sociedad de consumo atribuya el origen y éxito de las marcas a un nombre o entidad extranjera, distante, lejos de nuestra realidad. La interacción entre ofertantes y usuarios ocurre a diario, ignorando la vitalidad de las marcas y cuál es su verdadera función.
Lo importante es generar ingresos, para un lado y satisfacer necesidades para el otro, dejando de lado el valor que las marcas pueden aportar y más aún si provienen de nuestro país. ¿Es posible posicionar una firma nacional?
El primer paso es segmentar al público. Este proceso debe ser constante y riguroso, donde la toma de decisiones será elemental para direccionar nuestros objetivos. Plantearse interrogantes como: ¿A quién me dirigiré? ¿A qué precio? ¿Exclusivos o masivos? ¿Modernos o clásicos? Y así hasta acercarnos al perfil del cliente al que queremos atender y también al producto o servicio que brindaremos.
[El buen manejo de una marca en redes sociales puede incrementar hasta el 60% sus ventas]
Potenciar una marca requiere de un proceso constante de investigación, desarrollo, aprendizaje y cambio, también manejar adecuadamente los datos obtenidos de la segmentación del público, recursos y nuestra competencia. Ello conllevará a la personalidad única de nuestro bien, conformará la promesa de valor que los usuarios reconocerán mientras vayamos trazando el vínculo.
Un error a la hora de lanzarse al mercado es el distanciamiento del enfoque. Creemos que, al abarcar más público, las ganancias se elevarán. También pasa que los estudios previos son hechos con celeridad.
Es importante mantener un sentido crítico y dispuesto a la innovación para calar en la gente. Tenemos como ejemplo marcas que en poco tiempo abarcan un gran número de consumidores y brindan servicios de calidad, como 7 Sopas, Origen Tostadores de Café, Barbarian Cervecería, GIN’CA, Old Tripper.