Instagram recientemente lanzó la nueva función de preguntas para su sección de historias y, aunque a primera vista es un añadido inofensivo, numerosos usuarios han dicho haber pasado vergüenza al usarlo.
El origen del problema radica en que muchos usuarios ignoraban que las preguntas no eran anónimas. Es así que muchos han quedado muy mal parados al hacer interrogantes incómodas o comentarios de mal gusto, creyendo que sus nombres no serían visibles para los destinatarios.
Aparentemente, quienes pasaron por esta situación se habrían confundido debido a que Instagram señalaba que si sus preguntas eran compartidas por el destinatario, su nombre de usuario no sería mostrado. Esto último es cierto, pero la plataforma nunca aclara si el receptor de las preguntas está en capacidad de ver el nombre de usuario de que las envía.
Cabe señalar que las preguntas de Instagram se pueden personalizar y el texto de «hazme una pregunta» que viene por defecto puede cambiarse por interrogantes mucho más específicas.
Fuente: El Comercio