Los consumidores de ahora buscan una relación diferente con las empresas, que ésta les ofrezca contenidos diferentes, acciones distintas y vínculos basados en elementos diferentes a los que se usaban en el pasado. En el lenguaje de la estrategia de marca han empezado a aparecer de forma cada vez más persistente palabras nuevas, como por ejemplo sentimientos, emociones y experiencias.
En esto último las compañías han empezado a comprender qué deben hacer y cómo deben jugar con ello. Las experiencias empiezan a ser importantes por ellas mismas y por sus impactos en otros elementos.
Pocas son las compañías que le han dedicado un presupuesto a conectar con sus consumidores utilizando el marketing de las experiencias, aunque más son las que planean hacerlo en un futuro.
Ahora solo el 31% de los marketeros destina una parte de su presupuesto a hacer acciones de marketing de experiencias. Sin embargo, cuando se mira al futuro, el 51% reconoce que entre los próximos tres a cinco años dedicará al menos una quinta parte de su presupuesto a hacer marketing experimental, según un estudio elaborado por Freeman sobre una muestra global.
El motivo que mueve a las compañías a realizar este tipo de marketing es la manera como ha cambiado el mercado y como han evolucionado los consumidores. También porque la publicidad tradicional ya no funciona y este tipo de nuevas acciones permiten «construir relaciones e inspira acciones», obviamente no es constante en todo los mercados. Las marcas asiáticas suelen estar más dispuestas a jugar con estas herramientas y utilizar nuevas tecnologías.
Este tipo de marketing requiere una mayor creatividad en muchas ocasiones y el ser capaz de crear oportunidades que hagan que el consumidor viva esa experiencia y sobre todo lograr que sea destacable, diferente y altamente memorable. Las marcas y las empresas tienen que trabajar para crear acciones que funcionen en un escenario cara a cara, que mande el mensaje que se quiere compartir y que permitan interactuar .