Ocho de cada diez pequeños influyen en las compras que efectúan sus padres, estos a su vez suelen ir en compañía de sus engreídos a los supermercados, tiendas por departamento o tiendas especializadas. Sin embargo, siete de cada diez padres descartan que sus niños se inclinen por un consumo responsable.
Pero ¿cómo consumen los niños?, ¿cuáles son sus contenidos predilectos? y ¿cómo es su relación con la publicidad?
Nuevos comportamientos
Y los videos que más atraen su atención son aquellos con contenidos graciosos, bromas o challenges.
Según Moyra Rodríguez, directora de la Sociedad Peruana de Marketing, hay niños que desde el año y medio sostienen un celular y deciden qué les gusta y que no, el reconocimiento de logotipos inicia a los tres años, debido a la capacidad de retención, memoria y elección; mientras que las decisiones empiezan a ser tomadas desde los siete, cuando su participación en el entorno crece.
“Después de los 12 ya son mucho más autónomos”, agrega Luis Fernando Boza, gerente general de Divercity .
Los pequeños no solo opinan a solicitud de los padres, sino por autonomía propia producto de la relación más horizontal en las familias. “Siempre se han manifestado los ‘pester power’, ahora las pataletas vienen con marca”, dice Rodríguez.
El aspecto positivo de este fenómeno es que también hay oportunidad de generar cambios positivos en otras conductas, como en el reciclaje, ejemplifica Boza.
Para Patricia Ibáñez, marketing manager de Región Andina de Hasbro Gaming y Emerging Brands sobre el sector, lo que se busca es “un impacto positivo al generar emociones, desarrollar habilidades físicas y blandas”.
Los influencers indicados
Si bien las marcas buscan un perfil que se dirija a padres y temas educativos, cada vez están más atentas a reacciones espontáneas pues “el consumidor sabe distinguir si un influencer es pagado”, comenta Boza.
Al mismo tiempo, para los padres debe ser una persona que cuente con credibilidad y que tenga una opinión real de las marcas.
Si bien las firmas con un propósito claro y mensajes positivos son las más recordadas, “ser leal a una marca es muy difícil”, confiesa Ibáñez.