Todos hemos oído hablar de cómo la publicidad dentro de las aplicaciones representa el próximo gran paso en el terreno del mobile marketing. Teniendo en cuenta que las personas con acceso a un smartphone o tablet pasan de media 3 horas al día utilizando estos dispositivos y que el 84% de su tiempo lo ocupan navegando en aplicaciones, la publicidad dentro de las apps se convierte en un punto crítico para marcas, anunciantes, publicistas y agencias.
Las estadísticas hablan por sí solas:
- De acuerdo con BI Intelligence, la inversión en publicidad móvil en los Estados Unidos llegará a casi 42.000 millones de dólares en 2018.
- En Medialets, la plataforma de anuncios móviles de WPP, observaron que durante el primer semestre de 2015 las tasas de click-through en aplicaciones subieron un 0.56% globalmente, mientras que la de los anuncios web para móviles subieron un 0.23%.
- Juniper Research estima que el gasto en publicidad móvil en aplicaciones alcanzará los 16.900 millones de dólares en 2018. En 2013, la cifra era de 3.500 millones de dólares.
La publicidad dentro de aplicaciones es tan atractiva porque, si se compara los anuncios en webs móviles, puede proporcionar una mejor solución para capturar la atención de los consumidores y animarlos a interactuar sin interrupciones. Los anuncios dentro de las apps también funcionan bien porque la publicidad puede optimizarse gracias a datos de ubicación que permiten comprender el contexto e incrementan el compromiso. Pero, ¿qué pasa con las empresas de desarrollo de aplicaciones, las que realmente están dedicando tiempo, trabajo y energía a invertir en la construcción de esta red publicitaria?
Según Gartner, a finales de 2018 menos del 0.01% de las aplicaciones móviles serán consideradas un éxito financiero por sus creadores. Esto se debe a que gran parte de los desarrolladores de apps no monetizan correctamente su tráfico y sus activos.