Por Alberto Haito, director de Arellano Consultoría.
En los países desarrollados hay una tendencia creciente, en especial entre la población más joven, a comprar productos usados, siempre y cuando estén en buen estado. Si a esto agregamos que la generación joven hace la mayoría de sus transacciones vía ecommerce tenemos el nombre de esta tendencia: recommerce. Ropa, dispositivos electrónicos, artefactos y otros se cuentan entre las categorías en que más crece este mercado.
El mencionado comprador está buscando varios objetivos. Al ser más preocupado por el cuidado del medio ambiente compra un producto que de otra manera terminaría en la basura, esperando que con esto se reduzcan los residuos, problema que es creciente y que origina contaminación. Dentro de este objetivo, también buscan que la industria produzca menos, demande menos energía, menos materia prima y por tanto que disminuya la emisión de gases contaminantes. Otro beneficio es el ahorro, ya que hay una diferencia de precio en relación a un producto nuevo. Y, por último, al buscar un producto usado, obviamente se buscará uno de buena calidad y con capacidad de tener una segunda vida, con lo que se premia a empresas que fabrican buenos productos y se castiga a las de los malos.
Hoy encontramos varias páginas de ecommerce especializadas que solo venden productos usados y otras que ofrecen en varias categorías el producto nuevo y también el producto usado pero en buen estado.
Ahora bien, el gran freno en el crecimiento de esta tendencia es la confianza ya que siempre surgirá la duda sobre si el producto es tan bueno como uno nuevo o sobre quien se hará responsable si hay un reclamo. En países desarrollados este freno ha ido disminuyendo a partir de buenas experiencias.
Llevado este tema a países como el nuestro, vemos que ya existe un mercado de productos usados, pero no por las razones mencionadas antes sino más bien por el menor poder adquisitivo y por las limitaciones de oferta propias de mercados pequeños. Activar un crecimiento importante, basado en ecommerce y en la preocupación por el medio ambiente, requerirá de una mayor oferta y, principalmente, de generar la confianza en el buen estado del producto y la efectividad de un reclamo en caso de darse.
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