¿Y ahora quién paga la canchita?

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Con motivo de la polémica resolución de INDECOPI, la cual señala que los cines deben permitir a los usuarios ingresar alimentos propios a las salas si lo desean, la Sociedad Peruana de Marketing ha decidido pronunciarse al respecto.

Esta cuestionada resolución surgió como una manera de proteger al consumidor, ya que INDECOPI consideraba esta restricción como “una cláusula abusiva de ineficacia absoluta que limita los derechos de los consumidores”. La Sociedad Peruana de Marketing, institución referente del mercadeo peruano y voz autorizada en el tema, siente la obligación de expresar su punto de vista profesional con el permanente objetivo de contribuir al desarrollo y bienestar del país.

En la actualidad, para la mayoría de quienes asisten al cine, la canchita y la película forman parte inseparable de la experiencia.  Al plantearse la dificultad de una baja rentabilidad en las entradas, se produce la necesidad de compensar mediante los productos de confitería.  Este modelo de negocio, de precio bajo en lo básico y mayor costo en los adicionales es un modelo mundial  de éxito y satisfacción para los consumidores aplicado en diversidad de negocios: desde Disney,  espectáculos deportivos, conciertos y otros como las aerolíneas low cost, etc.

Esta estrategia permitió reactivar el sector logrando aumentar significativamente el número de espectadores en 20 años, y ampliar la oferta a ciudades que no disfrutaban de una experiencia similar, como Cajamarca, Pucallpa, Huánuco o Juliaca, por mencionar sólo algunas.

La iniciativa y la decisión resultan populistas, ya que el supuesto de que al final el consumidor va a pagar menos y recibir lo mismo es irreal ya que no es sostenible.  Por el contrario, esta medida obligará a subir el precio de la entrada y a frenar inversiones futuras orientadas a mejorar la experiencia del usuario.  En resumen, quien va a pagar la factura es claramente el consumidor, quien poco a poco verá que su experiencia se deteriora.

A fin de cuentas, el consumidor no es ingenuo y sabrá qué decisión tomar, ya que nadie lo obliga a consumir los extras.  Estamos convencidos que una intervención en el modelo de negocio que una empresa ha decidido seguir, atenta contra su inversión.  No estamos de acuerdo con esta resolución porque se tiene que respetar siempre el espíritu de la constitución que es el libre mercado, y debemos buscar soluciones para que el consumidor sea siempre el beneficiado, ofreciéndole una mejor oferta y de calidad.

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