Marketing y el Metropolitano

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Por Arnaldo Aguirre – Gerente de Cuentas de ARELLANO

Viajar en el Metropolitano se ha convertido en una experiencia no muy agradable. Hay que hacer una larga cola en la estación, para luego viajar parado, apretado y, en verano, con un calor tremendo.

Se ha informado que hay planes para ampliar sus rutas y poner más buses, pero pensamos que si aplicáramos un poco de marketing se podrían tener algunas ideas interesantes, que podrían beneficiar tanto a los pasajeros como a los proveedores del servicio.

Aplicando el concepto de segmentación, seguramente encontraríamos que hay un número no menor de pasajeros que estarían dispuestos a pagar un precio mayor por viaje (S/ 3.00 o S/ 3.50), para un servicio “ Premium “que sólo acepte pasajeros sentados y que no requiera hacer la misma cola que los pasajeros regulares que pagan S/ 2.50.

Después de todo, no todos los pasajeros tienen la misma capacidad de pago. De hecho, en el transporte aéreo existe hace años la clase económica, la de negocios y la primera, con diferentes niveles de comodidad y precio. Algo similar vemos también en el transporte terrestre interprovincial.

También sería posible evaluar, en las rutas más demandadas, ofrecer buses sólo para mujeres. Es muy posible que ellas se sientan más cómodas viajando sin tener que preocuparse de recibir tocamientos indebidos y pudiendo terminar de maquillarse en camino a su destino, lo cual ahora es imposible por el poco espacio que tienen y porque puede ser que les dé “roche” hacerlo frente a los pasajeros hombres.

El marketing nos enseña que el precio es la expresión del valor percibido, el cual no es igual para todos los segmentos del público objetivo. Hemos dado sólo dos ejemplos donde usando el marketing, se podrían ofrecer nuevos servicios para los que el Metropolitano pudiera evaluar la demanda y precio.

Para esto último existen estudios de sensibilidad de la demanda al precio, que nos permiten conocer con bastante precisión qué nivel de demanda podemos obtener ante variaciones en el precio. Personalmente, tengo la hipótesis que hay una segmento importante de pasajeros que pagarían algo más por asegurarse un asiento y mayor comodidad, así como que muchas mujeres también lo harían por ir en una unidad que lleve sólo damas.

Si se llegara a evidenciar que hay una demanda importante que incluso estaría dispuesta a pagar más por los servicios planteados, no sólo se beneficiarían los usuarios, sino también los operadores, pues aumentarían sus ingresos e incluso podrían subsidiar en algo el precio del servicio regular.

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