El Customer Relationship Management o “CRM” por sus siglas en inglés, se ha convertido en un potenciador de beneficios para las empresas de marketing. Desde ayudar en la toma de decisiones hasta incluso gestionar estrategias, el CRM puede ser considerado algo más allá que software, elementos vivos en constante actualización en el mundo marketero.
En nuestros días, el funcionamiento de un CRM permite almacenar toda la información de nuestros clientes (teléfonos, e-mails, gustos). Al obtener todo este material, el software analiza y gestiona los datos para ejecutar campañas de marketing y segmentación de nuestro público.
Sin embargo, para obtener resultados eficientes se requiere ciertos pasos básicos que van más allá de la tecnología. Visualizar objetivos insaciables y posicionar a nuestro cliente como el corazón de la empresa, una hoja de ruta propia, establecer una estrategia y dar prioridad a nuestras iniciativas sirven como un “plus” para maximizar los resultados.
